Llegar a tener un nivel A1 o A2 de un idioma es algo que parece fácil porque la exigencia no es mucha y las horas que se necesitan son asequibles en un tiempo razonable. Por tanto, los primeros peldaños hacia el C2 parece que llegan con bastante facilidad. La cosa se complica según vamos subiendo porque las exigencias para estar en el nivel más alto dan grandes saltos en los últimos niveles. Cuesta subir del B1 al B2 y se exige todavía más para pasar del C1 al C2. De hecho, muchos estudiantes creen que no son capaces de pasar la barrera que separa el C1 del C2, se ven incapaces a pesar de aprender refranes, frases hechas, argot, comparaciones jocosas y un largo etcétera para que su lenguaje parezca más idiomático, natural y fluido.
Por lo tanto la representación en forma de tabla donde cada nivel ocupa lo mismo no es real.
Se aproxima más al esfuerzo que ha de hacerse la representación en forma de pirámide invertida, donde la superficie son las horas que tenemos que estudiar y practicar un idioma para cambiar de nivel.
A los niveles A1 y A2 se llega fácil y por eso son más pequeños y se progresa rápido, hasta que llegamos al B1 donde seguir subiendo supone un gran esfuerzo de horas de práctica, ampliación del vocabulario y concienzudo estudio de la gramática.