Según el origen de una lengua, podremos determinar lo que nos va a suponer aprender otra. Si nacen de la misma rama se compartirá la gramática, el vocabulario, etc y por lo tanto, requerirá que le echemos menos horas al estudio.
Teniendo en cuenta la imagen, si queremos aprender una lengua es mejor empezar por las que vengan de la rama romance, como la nuestra. Así el catalán, después el portugués, el italiano y por último, el francés, serán los idiomas con los que compartamos más términos.
Por el contrario, cuanto más alejados estén en el origen, más complicado nos resultará y más horas de estudio tendremos que dedicar.
Y si aprendo portugués:
Y si aprendo francés:
Y si aprendo inglés:
Y si aprendo alemán: