Están ubicadas al suroeste de la ciudad de Québec. Una de las excursiones que no debes olvidar programar es visitar la Citadelle y continuar por las explanadas en un largo paseo hasta el museo. Ir por los caminos de abajo (Avenue Ontario), pegados al río y volver por arriba (Rue de Bernières y Avenue George VI), para visitar la zona de jardines y fuentes.
Las llanuras de Abraham, Parc des Champs-de-Bataille
forman parte del National Urban Park.
En 13 de septiembre de 1759, tubo lugar, bajo las murallas de la Citadelle, una batalla (Battle of the Plains of Abraham o Battle of Quebec y en francés: Bataille des Plaines d'Abraham o Bataille de Québec) donde los británicos bajo el mando de James Wolfe ganaron a las tropas francesas de Louis-Joseph de Montcalm. Fue importante por que su resultado influyó en la creación del Canadá actual. De hecho, en cuatro años, los franceses fueron perdiendo terreno en Norteamérica y cediéndoselo a Gran Bretaña.
En todo el recorrido puedes encontrar cañones en muy buen estado.
Aquí una de las torres de defensa y observación.
El Museo Nacional de las Artes de Québec
Fue fundado en 1933 y está compuesto por tres pabellones distintos.
Uno de ellos es la antigua cárcel de la ciudad.
Solo tiene obras de artistas de Québec desde el siglo XVIII y una biblioteca.
Parte del espacio se deja, en la actualidad para conciertos al aire libre.
En la foto el cartel del que tuvo lugar pocos días después de ir yo. Me habría quedado a ver a los Rammstein porque habría sido un contraste escucharlos entre tanta paz, tranquilidad y belleza.
Y si me permitís una recomendación culinaria, al comenzar la Avenue George VI, puedes salir hacia la paralela Grande Allée E y comer o cenar en el Cosmos todo tipo de comida, con la que no tendremos problemas porque es muy parecida a la europea:
Que no se te olvide pedir una cerveza local.