O Castelo de São Jorge está en una colina visible desde el centro de Lisboa, en el barrio de Alfama.
Vistas del castillo desde la Baixa
Fue una fortaleza defensiva en los ataques que sufrió la ciudad en el medievo y después jugó un papel fundamental en la reconquista de Portugal a los musulmanes.
Para visitarlo hay que ir hasta la Plaza Figueira para coger el tranvía 28, aunque se podría ir andando, apenas se tarda un cuarto de hora.
Éste nos deja en Largo das Portas do Sol, a las puertas del Castillo. Al llegar a la parada solo tendremos que girar a la izquierda y caminar unos 200 metros.
Otra opción es coger los ascensores. Hay dos que te ahorran bastante el camino. Uno está dentro de un edificio y el otro, el que aparece en la imagen, dentro de un supermercado. No hay que cortarse, solo entrar y coger el ascensor en los dos casos porque es gratis y está permitido utilizarlo.
Se considera que es del siglo VIII, cuando los musulmanes ocupaban la zona. Sus mejores años fueron durante el siglo XIII, ya que albergaba el Palacio Real y el Palacio residencia de los obispos.
Después fue abandonado y los reyes y los obispos se mudaron a otras zonas más prácticas y los terremotos acabaron por deteriorarlo.
Se puede pasear por sus murallas, patios y torreones desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde en invierno y las otras tres estaciones, hasta las nueve.
Vistas desde el barrio alto por la noche de castillo.
Cuando yo fui, la entrada sencilla costaba 7.50 euros.
Los estudiantes menores de 25 años, jubilados y personas con discapacidad.
Los menores de 10 años pasan gratis, al igual que los residentes.
Ten en cuenta que en invierno cierra pronto porque a las seis de la tarde casi no hay luz. Si quieres hacer una visita por el interior no vayas muy tarde o no te dará tiempo.
Las vistas de Lisboa y del río Tajo sin increíbles, así que es un sitio que no nos podemos perder. Vistas desde el el mirador del Castillo: